28 junio, 2007

Entretener, ¿finalidad del amarillismo?

Los derechos sagrados de la libertad de prensa y la libertad de expresión no son absolutos. Cargan responsabilidades sociales y profesionales. El periodista no puede abusar de su acceso a la opinión pública para hacer acusaciones contra una persona o una entidad sin fundamentarlas, debido al papel que juega en la sociedad y es que un periodista es voz y pensamiento para algunos receptores.

El siguiente video es un ejemplo de lo que pasa con el periodismo clasificado de amarillista, cuando su presa está en contacto con el.


Es ineludible que en algunos periódicos se aplican tácticas viejas de provocación y amarillismo. Mienten abiertamente y casi nunca pagan las consecuencias. Eso no es libertad de expresión ni de prensa, es abuso y violación de los principios del libre intercambio de ideas.

El periodismo se ha divido principalmente en dos partes: el periodismo de investigación y el periodismo amarillista; la primera de estas dos clasificaciones, se sumerge en lo más crudo de la realidad para mostrarla en toda su evidencia y para que los grandes trucajes desde los diversos poderes no queden escondidos, pero respeta el dato y el tono.

El segundo tipo de periodismo por el contrario, convierte lo anterior en una narración agresiva, espectacular y tensionada, donde se juega con las reacciones más primitivas del lector y se olvida cualquier parámetro ético que controle el texto. Lo cual provoca en los lectores una visión poco cierta, mitologizada y falta de carácter analítico.

Chomski plantea lo que constituye la gran aporía de la prensa y del conjunto de los medios de comunicación social: que en todo discurso mediático se mezclan elementos positivos y negativos, en función del mismo carácter de tales medios, es decir, de su inevitable vinculación a lo empresarial, a lo político, a lo ideológico e inclusive a lo religioso. Lo cual convierte su lectura en una funambulesca aventura cotidiana, porque ningún medio permanece siempre idéntico a sí mismo: cada día el suelo se mueve para la pretendida información, para la necesaria opinión y para el urgente entretenimiento.(Acuña Arias, Francisco;1999)

Desde mi punto de vista el periodismo que nos rodea ha sobrepasado los márgenes de la veracidad, el compromiso con la información y la creación de individuos con capacidad de crítica, digo esto porque el periodismo sensacionalista menosprecia nuestro intelecto y nos reduce a simples sacos que hay que llenar de algo, ya no precisamente de información, de algo que nos mantenga entretenidos.

A final de cuentas los medios solo sirven para… ¿entretener?, con este videito cheque si no es así, no únicamente en la prensa se encuentra el periodismo amarillista, los otros medios también buscan entretener.



Acuña Arias, Francisco. 1999; en Revista Latina de Comunicación Social, número 22. La Laguna (Tenerife), en la siguiente dirección electrónica (URL):

http://www.ull.es/publicaciones/latina/a1999coc/36fcoarias.htm

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